jueves, 21 de febrero de 2013

Descubrí el amor el Leeds


Estoy aprendiendo a disfrutar de las pequeñas alegrías, acá en el viejo mundo, y a rendirles culto. ¿O será que me estoy contagiando de este apego por lo material que reconforta la esfera individual de la cotidianidad del inglés promedio? Sea como fuere, decidí componer esta canción. Todavía me falta la melodía.


A todos los que me leen por aquí
les quiero decir:
Soy feliz,
encontré mi amor en Leeds.

Después de una larga y fría noche gris,
en la que a duras penas pude dormir,
me desperté
y me vestí.

Corriendo salí.
Quería saber si lo que había soñado podía existir.
Corrí, corrí.
Hasta que llegué al centro cívico y comercial de Leeds.
Y ahí lo vi.

Era real, estaba ahí.
Lo agarré con ambas manos y partí.
Desconfiada, no sabia si sería para mí.
Llegué a casa y descubrí que sí.
¡Qué Feliz!

Lo enchufé.
El caloventor funcionaba,
volví a vivir.

De frío ya no muero,
y repito, soy feliz.

Caloventor, sos mi amor
Con vos hasta siento calor
Sos lo mejor
Me haces feliz
Por eso digo,
Descubri mi amor en Leeds
¿Qué mas puedo pedir?

(Seee, ya sé... Internet, teléfono y un escritorio porque me duele la joroba de escribir sobre la alfombra, pero todo llegará, como mi caloventor. Tal vez para cuando eso pase hasta se me ocurra la música para tan bella canción).

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